El agua del arco mediterráneo de España se caracteriza por su elevado grado de dureza. Esa dureza resulta en la formación de incrustaciones en las aguas de distribución con la consiguiente reducción de la sección útil de las conducciones, así como en daños en las instalaciones.
Se dimensionaron las instalaciones de descalcificación para solventar los altos índices de dureza del entorno y evitar distorsiones en la red de distribución y, de esta forma, garantizar el correcto funcionamiento de las instalaciones proyectadas.
Por ello, se calculó la instalación de un descalcificador de dos cuerpos, con válvula volumétrica y botella de 330 litros de resina.